Al igual que sucede con las personas, los animales, también deben tener una buena higiene bucal para mantener unos dientes y encías sanos durante toda su vida.

 

Hacia la edad de tres años, la mayoría de nuestras mascotas presentan algún signo de enfermedad dental. Estos problemas de salud bucal suelen comenzar con la acumulación de placa, una película viscosa que se forma continuamente en los dientes. La placa puede endurecer y si no se trata puede provocar la gingivitis, es decir, la inflamación dolorosa de las encías, y finalmente puede aparecer le enfermedad peridontal. La infección asociada a la enfermedad dental es responsable del mal aliento, y las bacterias pueden entrar en la circulación sistémica del animal, diseminándose a los órganos vitales como el corazón, hígado o riñones.

Los factores que pueden contribuir al desarrollo de problemas dentales en los animales son:

– Mala higiene bucal: sin cuidados preventivos adecuados

– Raza: los dientes superpuestos constituyen, con más frecuencia, un problema con perros de razas pequeñas y pueden favorecer la enfermedad peridontal. Determinadas razas están más predispuestas a la enfermedad dental

-Alimento: la administración de un alimento húmedo puede favorecer una acumulación mas rápida de la placa

– Edad: la enfermedad dental se produce más frecuentemente a medida que los animales envejecen.

 

 

¿Cómo identificar los signos de la enfermedad dental?

Cuando un animal Viena a la consulta se le suele hacer una revisión del estado dental, aun así describimos los síntomas que pueden manifestar los animales con lesión dental.

  • Mal aliento
  • Depósito de sarro amarillo – marrón
  • Sangrado de encías
  • Dolor al comer, golpear la boca con las patas
  • Cambios de hábitos masticatorias o de ingestión
  • Perdida de piezas dentales
  • Comportamiento deprimido
  • Babeo

Aunque su animal no muestre ninguno de estos signos, vale la pena llevarlo al veterinario periódicamente para un chequeo dental. Es posible que algunos problemas no sean obvios inmediatamente y que los animales estén especialmente predispuestos a sufrir la enfermedad en etapas posteriores de su vida